Por fin, por fin, llevamos un año esperando que viniera del colegio contando qué había hecho. Y ayer al preguntarle al recogerlo de la escuela de verano, me dice "he bailado, hecho carreras, bañado y jugado con pelota". Lo que se puede sentir al escuchar estas palabras, no os lo puedo describir. Aún no conjuga bien, a veces omite los verbos, otras veces me dice las frases perfectas, pero no importa, ya se que tiene las ideas claras, e intenta expresarlas como puede, cada vez mejor.
"Hijo, vámonos a casa a cenar". Y responde "¡No! No quiero casa, no quiero cenar, quiero aquí con yaya". Otras frases que dice: "Quiero ir playa, papi aparca". "Es de noche, hay que dormir". "Vamos a dormir, mama esta cansada". "Yayo es el sol, la luna no, el sol, yayo es el sol".
"Hijo, vámonos a casa a cenar". Y responde "¡No! No quiero casa, no quiero cenar, quiero aquí con yaya". Otras frases que dice: "Quiero ir playa, papi aparca". "Es de noche, hay que dormir". "Vamos a dormir, mama esta cansada". "Yayo es el sol, la luna no, el sol, yayo es el sol".
Va tomando conciencia del él mismo y emociones como el miedo. Usa el "yo" y el "tú" mejor, "yo quiero quitar esto". A mi pregunta, "¿quién quiere comer?" viene corriendo diciendo "¡Yo!". Además, antes decía "ayudas", ahora ya dice "ayúdame". Le da miedo que lo pisen los coches: "¡Mami corre, nos pisan!". Estamos en la calle, mira los balcones que hay encima d él y me dice "se cae".
Con el juego, la gran mejora que ha tenido no se me va a olvidar. Observamos su nuevo progreso este fin de semana pasado, cuando tuvimos la gran suerte de conocer a la familia del blog "Despertar del autismo". Él estuvo con Martín y con su hermano, interactuando sin parar, jugando, riendo... No puedo escribir estas palabras sin emocionarme, y tenía que ser en su casa, con ellos. Tenia que ser así, con la familia cuyo blog nos ha mantenido fuertes para seguir en esta lucha, una familia que nos abrió las puertas de su casa y de su corazón, y a la que siempre vamos a estar agradecidos.
En el juego con sus hermanos, los impulsa cuando van montados en el correpasillos, diciéndoles "por aquí, por aquí", les echa crema, se esconden, se dan abrazos, se besan... Inventa juegos, los llama, cambia el rol que tiene en el cole. Aquí, en casa, él es el mayor, el que corrige, el que dirige. Mi hijo tiene la gran suerte de tenerlos a ellos, y ellos a él. Se puede decir que tengo una guardería en casa, y esa es sin duda su mejor terapia.
En el juego con sus hermanos, los impulsa cuando van montados en el correpasillos, diciéndoles "por aquí, por aquí", les echa crema, se esconden, se dan abrazos, se besan... Inventa juegos, los llama, cambia el rol que tiene en el cole. Aquí, en casa, él es el mayor, el que corrige, el que dirige. Mi hijo tiene la gran suerte de tenerlos a ellos, y ellos a él. Se puede decir que tengo una guardería en casa, y esa es sin duda su mejor terapia.
Anoche me dio otra sorpresa, ¡da volteretas él solo! Además le gusta intercalar los pies sobre los bordillos, jugar a la pelota, incluso intenta jugar al fútbol, con lo que eso conlleva con respecto a su psicomotricidad, a sus miedos... En definitiva, todo apunta a que su cabecita está mejor.
En el aspecto sensorial, también hay novedades. Juega con la arena de la playa, ¡y se deja echar protector solar! Incluso se lo echa él solo. Esto no lo hubiera soportado hace dos meses, ni siquiera tocar la crema con el dedo. ¿Cómo lo ha integrado él solito, sin terapia de integración sensorial? No lo sé.
Lleva un par de semanas que avanza, avanza, y avanza sin parar. Esta última semana me responde a casi todo tipo de preguntas: "¿para qué?", "¿quién?", "¿qué hace?" o "¿qué ha pasado?". Ya lo tenemos aquí, ahora hay que recuperar el tiempo perdido. Vuelve a estar entre nosotros, en este mundo, con los pies en el suelo. Ya no está en una nebulosa lejana, inaccesible, con cara triste y mirada perdida. Le hemos ayudado a dejar atrás esa especie de "mundo paralelo" desde el que no percibía la realidad tal y como nosotros la conocemos. Su enfermedad se lo impedía.
Nuestros planes para estas vacaciones incluyen ir cada día a la playa para eliminar toxinas con los baños de agua salada, tomar yodo y vitamina D, que juegue con sus hermanos, que aumente su autonomía al vestirse, y un largo etcétera, que se intentará aprender con el día a día. En vacaciones hay que descansar, porque se lo merece, porque nos lo merecemos.
En el aspecto sensorial, también hay novedades. Juega con la arena de la playa, ¡y se deja echar protector solar! Incluso se lo echa él solo. Esto no lo hubiera soportado hace dos meses, ni siquiera tocar la crema con el dedo. ¿Cómo lo ha integrado él solito, sin terapia de integración sensorial? No lo sé.
Lleva un par de semanas que avanza, avanza, y avanza sin parar. Esta última semana me responde a casi todo tipo de preguntas: "¿para qué?", "¿quién?", "¿qué hace?" o "¿qué ha pasado?". Ya lo tenemos aquí, ahora hay que recuperar el tiempo perdido. Vuelve a estar entre nosotros, en este mundo, con los pies en el suelo. Ya no está en una nebulosa lejana, inaccesible, con cara triste y mirada perdida. Le hemos ayudado a dejar atrás esa especie de "mundo paralelo" desde el que no percibía la realidad tal y como nosotros la conocemos. Su enfermedad se lo impedía.
Nuestros planes para estas vacaciones incluyen ir cada día a la playa para eliminar toxinas con los baños de agua salada, tomar yodo y vitamina D, que juegue con sus hermanos, que aumente su autonomía al vestirse, y un largo etcétera, que se intentará aprender con el día a día. En vacaciones hay que descansar, porque se lo merece, porque nos lo merecemos.